De césped a paisaje
Este jardín se transformó para ganar frescura, armonía y funcionalidad, convirtiendo un espacio que antes era casi todo césped y setos en un paisaje más vivo y equilibrado. El objetivo principal fue integrar de forma natural la depuradora y la cascada de la piscina, logrando que pasaran a formar parte del conjunto sin destacar visualmente.
En un momento en que el césped artificial se usa con frecuencia como alternativa rápida, aquí se optó por una solución más sostenible. En lugar de cubrir con plástico, se redujo la superficie de césped natural y se apostó por más vegetación viva, que mejora el microclima, aporta biodiversidad y reduce el consumo de agua. Olivos, cinamomos columnar, salvias, pittosporum y plumbagos blancos componen parterres enmarcados con gravas decorativas, creando un espacio con carácter.
Tapizantes como dimondia, romero rastrero y origanum cubren el terreno, aportando continuidad y frescura, mientras un sendero conecta los extremos del jardín. El resultado es un espacio funcional y natural, con menos mantenimiento y más vida, donde la vegetación es la verdadera protagonista.