Geometría viva
El proyecto parte de un talud sin estructura ni valor funcional, transformado en un sistema de terrazas que estabilizan el terreno y ordenan el paisaje. La geometría actúa como base compositiva, aportando coherencia visual y equilibrio sin perder naturalidad.
La vegetación se seleccionó para reforzar las líneas del diseño. Se combinan especies estructuradas con masas de follaje más suelto, logrando contraste y fluidez. El ritmo entre volúmenes y vacíos mantiene una lectura limpia y equilibrada.
El esquema cromático se apoya en la combinación del blanco y el malva. El blanco aporta luminosidad y define los planos; el malva introduce matices suaves que unifican el conjunto. Esta mezcla otorga armonía y profundidad visual.
El resultado es un jardín ordenado y contemporáneo, que transforma un espacio sin identidad en un entorno funcional, sereno y atractivo. La composición geométrica y el equilibrio cromático han logrado cautivar a los propietarios y dar carácter al paisaje.