Una de las últimas tendencias en jardinería son las plantas tapizantes o cubresuelos. Se trata de una técnica que tiempo atrás se usó principalmente para reducir las tareas de eliminación de malas hierbas alrededor de los árboles o plantas ornamentales. Actualmente, además de este uso, estas plantas han cobrado una gran relevancia como decorativas, utilizándose para crear contrastes de color en caminos y zonas verdes, texturas o para unificar zonas en un jardín.
Las plantas de interior son unos elementos decorativos fantásticos, además de dar muchísima vida y alegría al hogar, purifican el aire de forma natural y aportan una gran sensación de relax y tranquilidad a las estancias en las que se encuentran.
Cómo elegir plantas decorativas de interior
No todas las plantas son adecuadas para el interior del hogar, pues muchas de ellas necesitan mucha luz natural, regados muy frecuentes y podas. Sin embargo, hay otras que no necesitan apenas cuidados y pueden crecer desarrollándose perfectamente en cualquier lugar del hogar.
La hiedra común es una de las plantas más fáciles de cuidar, no necesita una gran exposición a la luz y una temperatura moderada. Es perfecta para decorar en un macetero colgante.
El poto es una planta que crece perfectamente en ambientes fríos y frescos, sin necesitar mucha luz. Existen muchas variedades de esta planta, pudiéndola encontrar con hojas de colores e incluso formas diferentes.
La cinta o «mala madre» es una planta de mantenimiento sencillo y probablemente sea la planta de interior más conocida por sus cualidades purificadoras del aire. Puede crecer y vivir en cualquier estancia del hogar.
Esta planta ornamental de interior necesita poca agua y luz. Puede crecer en prácticamente en cualquier lugar e incluso con muy pocos cuidados, podrá llegar a vivir muchísimos años.
Es una de las plantas de interior más hermosas. No requiere grandes cuidados y podemos encontrar su flor en varios colores como blanco, rojo o rosa.